Seguro que has visto mi característica cola corta, pero ¿has oído la leyenda que la rodea? Según la historia, todo empezó cuando la cola de un gato dormido se incendió. El pobre gatito se asustó tanto que salió corriendo y accidentalmente prendió fuego a toda la ciudad. Entonces, el emperador ordenó que se cortaran todas las colas de los gatos (¡ay!). Aunque es una buena historia, la verdad es que nuestra cola fue producto de una mutación genética, no de un incendio o de un emperador enfadado. ¡Uf!

¿Te preguntas dónde empezó mi raza? Bueno, es un poco complicado. Japón es nuestro hogar (no nos llaman Bobtail japonés por nada), pero los expertos en gatos no están seguros de que nuestra historia empezara realmente en la isla. Algunos científicos creen que podríamos haber sido traídos desde China o Corea, posiblemente por monjes budistas. Como somos unos cazadores de ratones fantásticos, los monjes podrían haber viajado con nosotros para evitar que las ratas se comieran sus pergaminos de papel de arroz. Yum - arroz y ratones. Toda esta charla me está dando hambre. Nuestra historia como feroces cazadores de roedores no termina ahí. En el siglo XVII, Japón se convirtió en una estrella del comercio de la seda. El único problema fue que los roedores empezaron a comerse todos los gusanos de seda. Por suerte, el emperador de Japón tuvo una solución: dejar salir a los gatos. Ayudamos a detener a los ratones y las ratas, y finalmente los Bobtails japoneses nos convertimos en gatos callejeros comunes en todo Japón. Dado que salvamos el lucrativo comercio de la seda de su destrucción, quizá tenga sentido que los gatos Bobtail japoneses sean desde hace tiempo símbolos de buena suerte en el país. Se nos puede encontrar en el arte japonés, fácilmente reconocibles por nuestras cortas e hinchadas colas. Una estatuilla llamada maneki-neko, o gato que hace señas, es nuestro reclamo para la fama, y se dice que trae buena suerte a su dueño humano. ¿Pero cómo llegamos a Estados Unidos? Los soldados estadounidenses nos transportaron por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial, pero no fue hasta 1968 cuando nos trajeron para criar. Una señora llamada Elizabeth Freret envió tres gatitos Bobtail japoneses y comenzó a criarnos, al igual que otra criadora llamada Lynn Beck. Juntas, Elizabeth y Lynn escribieron el estándar de la raza Bobtail. En 1976, la Asociación de Aficionados a los Gatos reconoció a los Bobtail japoneses de pelo corto como campeones, y en 1993, los Bobtails de pelo largo hicieron lo mismo.