Los Maine Coons nos hemos ganado a pulso nuestro apodo de gigantes amables. Los dos últimos poseedores del Récord Mundial Guinness al gato más largo del mundo eran Maine Coons. El primero, Stewie, era un gato atigrado gris que medía 48,5 pulgadas de largo, es decir, algo más de 1,2 metros. El actual poseedor del récord (vivo) es Barivel, que mide 47,2 pulgadas. Aunque Barivel no es tan largo como Stewie, sólo tenía dos años cuando consiguió el título. Dado que los Maine Coons pueden seguir creciendo hasta los 4 ó 5 años, Barivel aún puede convertirse en el gato más largo del mundo.

Aunque el nombre Maine Coon deja bastante claro mi origen, los humanos tienen muchas teorías interesantes sobre cómo surgimos. Todo el mundo está de acuerdo en que mi raza, tal y como es hoy, es originaria del estado de Maine, y somos el gato oficial del estado de Maine. Pero hay muchas historias fascinantes sobre cómo llegaron mis primeros antepasados a América. Debido a mi cola tupida y a mi color marrón atigrado, algunos humanos creen que mis antepasados se criaron con mapaches. Por supuesto, esto no es biológicamente posible, pero añadió la parte de \"mapache\" a mi nombre. Otra famosa historia popular sobre la llegada de mis antepasados a Estados Unidos es que descendemos de seis gatos de angora turcos que pertenecían a la reina de Francia, María Antonieta. Según la historia, la reina planeaba huir a América durante la Revolución Francesa, ayudada por el capitán de barco Stephen Clough, de Wiscasset, Maine. Aunque nunca llegó a embarcarse, sus gatos sí lo hicieron, por lo que la leyenda afirma que la raza Maine Coon es el resultado de la cría de sus angoras reales con gatos domésticos. Aunque todas estas historias son divertidas, la explicación más probable (desde el punto de vista genético) es que los primeros Maine Coons eran una mezcla de gatos domésticos y gatos de los bosques de Noruega que llegaron a América con los vikingos y otros marineros europeos. Sea cual sea nuestro origen, éramos gatos de trabajo resistentes que eran buenos ratones en los barcos y gatos de granja. Nuestro pelaje -incluyendo nuestras orejas empenachadas, patas \"raqueta\" y cola tupida- fue diseñado para mantenernos calientes mientras ayudábamos a nuestros humanos en los fríos y nevados inviernos de Nueva Inglaterra. Como raza autóctona americana, éramos muy populares en Estados Unidos... hasta que llegó la raza persa y nos quitó el puesto. En la década de 1950, fuimos casi eliminados por completo. Afortunadamente, un grupo de personas apasionadas por mantener viva nuestra raza formaron la Asociación de Criadores y Aficionados de Maine Coon en 1968. Nos salvamos y nuestra raza fue reconocida oficialmente por la Asociación de Criadores de Gatos en 1976. Hoy en día, volvemos a ser la quinta raza felina más popular.